Los colores son capaces de expresar tanto como las palabras. En realidad, nos comunican mucho más de lo que creemos, cada color posee un significado propio y simboliza algo en particular, una idea. Es como si cada color tuviera una personalidad distinta y se manifestara ante nosotros al momento de percibirlo.
Goethe, quien es considerado el precursor de la psicología del color, aseguraba que éste no sólo se trataba de un fenómeno físico sino que también dependía de nuestra percepción, la cual es naturalmente subjetiva.
Sin duda alguna, los colores ejercen cierta influencia sobre aquél que los percibe. Producen emociones y sensaciones que en su mayoría está ligadas al mundo conceptual; por ejemplo, el color rojo representa pasión, fuego, sangre, etc. y denota intensidad o peligro, dependiendo su contexto.
El color anaranjado es símbolo de alegría, juventud, entusiasmo, dinamismo, confianza y compañerismo. El amarillo es el color más intelectual y luminoso, por lo que se relaciona con el sol y el calor. También evoca júbilo, diversión y claridad mental.
Por lo general, los colores cálidos se consideran estimulantes y alegres mientras que los fríos son más tranquilos y relajantes.
El verde significa equilibrio, frescura, bienestar, etc. representa a la naturaleza y se relaciona con sentimientos de benevolencia, humildad y generosidad.
El azul es el más sobrio de los colores fríos y denota serenidad, confianza y tranquilidad aunque en ocasiones la sobreexposición al mismo produce fatiga o depresión. Es símbolo de sabiduría y lealtad.
El morado está relacionado con la espiritualidad y el misterio. También se asocia con la realeza, la distinción y la intuición.
De acuerdo con la cultura occidental el negro representa la muerte y la oscuridad, el mal, el dolor, la tristeza y la desesperación. Es un tono bastante sombrío que denota poder y formalidad.
El blanco está vinculado con la pureza, la paz y la inocencia. Es sinónimo de pulcritud y unidad, y su connotación es muchas veces positiva. El gris es la transición entre el blanco y el negro por lo que simboliza neutralidad, en algunas ocasiones sugiere tristeza, vejez o aburrimiento.
Todas estas características y atribuciones que les otorgamos a los colores son parte de la psicología del color, que se encarga de analizar el efecto del color en la percepción y conducta humana. Esta rama de la psicología contemporánea es en ocasiones considerada como parte de la medicina alternativa, sin embargo, el estudio de la percepción de los colores es habitualmente aplicado en el diseño arquitectónico, el mundo de la moda, la señalética y el arte publicitario.